Casarse no es una etapa más en la vida, no es “algo que toca”. Es un compromiso que transformará radicalmente tu vida y tu forma de ser. Conocer las fortalezas y las debilidades de tu pareja, así como ser consciente de las afinidades yde las discrepancias, puede ayudarte a tomar una decisión que esté en sintonía no solo con el corazón, pero también con la razón.
Desafortunadamente muchos piensan que con el amor basta, que no se necesita nada más que estar enamorados, por lo que suponen que al casarse las cosas serán miel sobre hojuelas o que las formas de pensar son iguales y que no tendrán conflictos. No es así, nadie es igual a nadie y las diferencias de pensamientos creencias y aspiraciones pueden ser más fuertes que el amor y hacer que la pareja se una a la larga estadística de divorciados.
Por eso te dejo algunas preguntas que pueden ayudarles a ti y a tu pareja a tomar una decisión objetiva y no idealizada:
1- ¿Cuál es tu opinión sobre la religión y qué lugar ocupa en tu vida?
2- ¿Cuáles son tus expectativas sobre la vida económica y laboral?
3- ¿Aspiras a trabajar o a estar en casa?
4- ¿Te interesa tener hijos? ¿cuántos? ¿y si no es posible tener hijos?
5- ¿Cómo ves el balance entre lo laboral y lo familiar?
6- ¿Cuál será el papel de las familias políticas y los amigos en la relación de pareja? ¿estarán ellos primero que nosotros o nosotros primero que ellos?
7- ¿Cómo te sientes cuando hay desacuerdos y qué haces con eso?
8- ¿Estas dispuesta(o) a la negociación y conformación de acuerdos? ¿intentarás no imponerte y buscar el punto medio?
9- Cuando algo no te guste de mí, ¿cómo lo vas a manejar?
10- Si en algo no logramos formar un acuerdo ¿cómo te gustaría manejarlo?
11- Si llegáramos a vivir crisis económica ¿cómo lo tomarías y qué estarías dispuesta(o) a hacer?
12- Si conoces a alguien que te atrae física o emocionalmente ¿cómo lo manejarías?
Tal vez estas preguntas no sean una garantía de éxito matrimonial, pero seguro que son un antídoto contra la tendencia de “leer el pensamiento” del otro creyendo que sabemos cómo es y cómo responderá en el matrimonio. Recuerda no dar nada por sentado, el dicho dice; hablando se entiende la gente. Pero es muy diferente hablarlo antes de casados que después.
No hay ningún matrimonio perfecto y la mayoría tendrá que ajustar y negociar a lo largo de los años los temas implicitos en las preguntas que te propongo. Pero conocer con anticipación las espectativas de tu pareja, la flexibilidad de las mismas y su disposición par negociar o no puede ayudarte a ver cómo podría ser tu matrimonio con esa persona.
El matrimonio es una experiencia hermosa, una forma de encontrar propósito y significado en la vida, de trascenderse a uno mismo, pero para ello se requiere de comunicación, negociación y conformación de acuerdos. Por ello, abordar las preguntas que aquí te propongo es fundamental, sobre todo antes de casarse.
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