Cuando golpeas a tu hijo (nalgada, cachetada, cinturonazo, chanclazo, coscorrón, pellizco, patada, puñetazo, etc) o lo insultas (gritos, ofensas, apodos, etc) le estás enseñando, por lo menos, 3 cosas: 1- Cuando te desesperas, te enojas o te frustras porque las cosas no son como quieres o porque la gente no actúa como tu quieres, está "justificado" ser violento, golpearles u ofenderles. 2- Cuando eres mayor o más fuerte que otra persona está bien golpearle o insultarle para que haga lo que tú quieres. 3- Que las personas que te quieren te pueden golpear , lastimar, humillar, es decir ser violentos contigo, y que a pesar de eso debes de estar con ellos y quererlos.
Diversos estudios psicológicos han señalado la relación entre hijos maltratados y adultos maltratados. Es decir, sujetos que en su infancia aprendieron “esa forma de ser querido” suelen tener relaciones abusivas o violentas con sus parejas y sus pares. También se ha señalado la relación que existe entre ser víctima de maltrato familiar y convertirse en victimario en la edad adulta.
Muchos padres justifican los golpes o el trato agresivo con sus hijos "para que no se hagan malcriados”, sin embargo un metaanálisis basado en 5 décadas de estudios y con 160,000 niños, realizado por la Dra. Elizabeth Gershoff y el Dr. Andrew Grogan-Kaylor de la Universidad de Texas mostró que ocurre precisamente lo contrario. Aquellos niños que habían sido "educados" con golpes por parte de los padres tenían un riesgo mayor de que los niños comenzarán a desafiar a sus padres, se volvieran agresivos, experimentaran problemas de salud mental, exhibieran comportamientos antisociales y / o desarrollaran dificultades cognitivas. Los padres agresivos promueven en sus hijos eso que buscan evitar.
Recuerda que la violencia no es espontánea, es resultado de la desesperación no de la razón. Educar hijos puede ser una tarea muy desgastante por eso necesitas educarte en la paternidad leyendo libros, acudiendo a cursos y conferencias y pidiendo consejo profesional. Todos tenemos que aprender a ser padres, pero no tenemos porque aprender solos.
Aquí les dejo la página de la Universidad de Texas con el estudio mencionado para quienes quieran conocer más del tema.
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